Ambas producciones agrícolas tienen objetivos claros, contribuir a la conservación del suelo como cultivo de servicio y una opción más para la rotación de plantaciones.
Estas incorporaciones se sumaron al portfolio de productos que incluye soja, maíz, algodón, porotos de distintos colores, maní, sorgo, colza, centeno y rábano forrajero.
La conservación del suelo es un aspecto crucial para la sostenibilidad agrícola y la salud del ecosistema. Prácticas como la rotación de cultivos y la implementación de cultivos de servicio juegan un papel fundamental en este proceso. La rotación de cultivos no sólo ayuda a prevenir la erosión y a mantener la fertilidad del suelo, sino que también interrumpe los ciclos de plagas y enfermedades, reduciendo la necesidad de agroquímicos.
Por otro lado, los cultivos de servicio, como leguminosas y gramíneas, protegen el suelo durante los períodos de inactividad agrícola, mejoran la estructura del suelo y promueven la biodiversidad. Además, estas prácticas contribuyen a la fijación de nitrógeno, lo que disminuye la dependencia de fertilizantes sintéticos.
Combinados, la rotación de cultivos y los cultivos de servicio preservan la calidad del suelo, también promueven un sistema agrícola más resiliente y adaptado a los desafíos del cambio climático.
Asimismo, “la diversificación de cultivos nos permite participar de distintos mercados y comercializar productos en diferentes épocas del año”, expresó Ramiro Aznar, Gerente de Agricultura.
Hemos logrado sembrar 399 ha de cártamo en el establecimiento Pozo de la Espuela (Salta) y dimos los primeros pasos con 290 ha de girasol en el campo Las Marías (Tucumán) que responde a la ventana de oportunidad generada por la cosecha temprana del maíz.
“Cosechamos 1.000 kilos/ha de cártamo, y esperamos 2.500 y 2.600 kilos para el girasol. Estas resultados obedecen a las lluvias abundantes que se registraron a partir de septiembre”, expresó Ramiro Aznar.
El cártamo es una oleaginosa anual erecta y ramificada de la misma familia que el girasol, que se caracteriza por ser una especie altamente adaptada a condiciones de aridez. Según el Índice de Cultivos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, originariamente el cártamo fue cultivado por sus flores, que eran utilizadas para hacer pigmentos rojos y amarillos para la coloración de prendas de vestir y alimentos. En la actualidad, el cártamo se utiliza para generar aceite, harina de extracción y alimento para pájaros, y forma parte del llamado “boom de biofuels” por su potencial energético.1
Según la edición de agosto de 2024 del reporte de Estimaciones Agrícolas del Ministerio de Economía, se sembraron 13.000 hectáreas de cártamo en el país, constituyendo un desarrollo incipiente de este cultivo.2
En cambio, el área dedicada al girasol creció el 9,3% respecto de 2022/23 hasta alcanzar los 2,3 millones de hectáreas, según lo indicado por el mismo reporte de Estimaciones Agrícolas.
Además, en agricultura se sumaron 3.000 hectáreas arrendadas. Los campos añadidos serán destinados a cultivos tradicionales (soja y maíz), algodón y legumbres. Ambos inmuebles están ubicados en zonas donde ya se viene trabajando, lo que permite consolidar la presencia y un mejor aprovechamiento de la infraestructura de la compañía. Tanto en El Trébol como en Estancia Tenené se sumaron a la producción con las campañas de siembra de verano.
En la campaña 2024/2025 Agroganadera del NOA sembrará 39.000 ha (campaña verano) lo que representará un 34% de crecimiento en superficie en relación a la campaña anterior 2023/2024.
El aumento obedece a la incorporación de 3 nuevos campos, Estancia Tenené (Isca Yacu, Santiago del Estero), Estancia El Trébol y Estancia Buenaventura (Las Lajitas, Salta), que agregan 10.000 hectáreas de uso 100% agrícola.
Logramos incorporarnos a Algodón Responsable Argentino (ARA), una plataforma que certifica la producción respetuosa con las personas y el ambiente. ARA es una norma voluntaria inspirada en el modelo de Better Cotton Initiative (BCI), el sello específico para las plantaciones algodoneras que abarca más hectáreas en el mundo. Esta se alinea con la política favorable a la certificación de cultivos que impulsamos y por medio de la cual ya logramos acreditar la soja (Round Table on Responsible Soy o RTRS) y el maíz (RTRS y Farm Sustainability Assessment SAI).
“Sabemos que las certificaciones en agricultura son un pilar fundamental para garantizar la calidad y la seguridad de nuestros productos. En el noroeste argentino, donde la diversidad de cultivos y las condiciones climáticas son únicas, adoptar prácticas sustentables no sólo es una responsabilidad ambiental, sino también una oportunidad para posicionarnos en mercados internacionales. La implementación de estándares de sostenibilidad mejora nuestra reputación e incrementa la competitividad de nuestros productos, beneficiándonos como productores y también al desarrollo de las regiones”, expresó Ramiro Aznar, Gerente de Agricultura.
Referencias
1) “Cártamo”, Cátedra de Cultivos Industriales. Facultad de Agronomía.UBA.Publicación disponible aquí.
2) “Estimaciones agrícolas”, Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, Ministerio de Economía. 2024. Publicación disponible aquí.